Bill Leslie – Scotland: Grace of the Wild

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Scotland – Grace of the Wild
Bill Leslie
2013
42.5 minutos

Inspirado en su tercer viaje a Escocia y animado por descubrir la tierra de sus antepasados, el compositor Bill Leslie publica Scotland – Grace of the Wild, una continuación de sus álbumes de género celta que tanta expectación provocaron en su día. Conservando el cariño de los trabajos anteriores, Scotland – Grace of the Wild se compone de catorce composiciones que sitúan al oyente en cada uno de los lugares que inspiraron al artista. Para este nuevo CD, Leslie acompaña sus instrumentos (guitarra, whistles y teclados) con el piano y el acordeón de Bill Covington, el violín de Jennifer Curtis, los chelos de Nancy Green y David Oh, la percusión de Will Leslie y el oboe de Melanie Wilsden.

“Grace of the Wild” presenta el álbum. Al margen de todos los instrumentos, son el violín y el whistle las esencias de esta composición, brisas que marcan el tempo de la melodía. Un buen comienzo para un álbum prometedor.

El piano hace aparición en “Loch Lomond”, la primera de las adaptaciones que Leslie realiza de piezas tradicionales, un total de cinco en este álbum. Apacible desde el principio y atesorando la ternura de “Grace of the Wild” Leslie da vida a esta pieza dedicada al gran lago Lomong de Escocia.

La tercera composición y se mantiene el mismo carácter y mismo instrumento como protagonista, el whistle. A pesar de la belleza de la composición, un ligero cambio de ritmo sería muy acertado.

Más apagada, más íntima, así es “Black is the Color”, la segunda adaptación de Bill Leslie. El comienzo no permite vislumbrar el cambio drástico de la pieza, ya que ésta se presenta con un piano alegre durante unos segundos, tornándose posteriormente melancólico y acompañado por un chelo.

“Aberdeenshire” nace de los arpegios fingerstyle de la guitarra, un chelo y como no, el whistle. Bellísima pieza, siendo la guitarra la que marca la diferencia en todo momento, la que llama la atención del oyente con sus sonidos.

Nostálgica “Dunnottar”, la composición de Leslie dedicada al fuerte de Dunnottar, castillo escocés situado en el borde de un acantilado. Por el título y a qué va dedicado, esperaba un reel o jig en esta pieza, energía, fuerza, pero nada más lejos. Nuevamente, hace aparición una apacible conversación entre violín y whistle.

Está comprobado, las adaptaciones que encontramos en Scotland – Grace of the Wild son las piezas a destacar. “Leaving Lochboisdale” posee un piano diferente a lo escuchado anteriormente, y aunque su estilo es reservado, el dúo que forma con las cuerdas es magistral.

“Bridge of Lochay” es una agridulce composición, interpretada por whistle como protagonista, violín y cello.

En “Skye High” llega un ligero cambio. En esta ocasión, el egoísta whistle da algo de protagonismo al violín y al oboe, creando un leve cambio en la fija trayectoria que estaba marcando la melodía y la música del álbum.

“Ye Banks and Braes”. Más compleja que las piezas anteriores, esta versión posee una producción elegante, donde en un instante, los diferentes instrumentos interpretan al unísono diferentes variaciones de la melodía. Me gusta!.

“Gaelic Soul” es una de las piezas que más ritmo tiene de todo el álbum. En unos segundos, el whistle se lanza a una acertada carrera (comparada con las composiciones anteriores) que le aporta brillo y belleza, y sin romper el encanto de su carácter. Por fin…

Aparece “Jonathan”, la pieza que Leslie compone para su sobrino. Bonita, entrañable, hasta que surge el momento deseado por el oyente!. Ritmo y rapidez en la música, el toque que necesitaba el álbum.

El baile del violín dibuja una sonrisa en mi rostro. La última adaptación de Leslie para este álbum es “Flowers of Edinburgh”, donde las notas, divertidas, se combinan con elegancia para ofrecernos una melodía juguetona, como nacida de una caja de música.

Para finalizar, “Across the Moor”, donde el whistle de Leslie, en solitario, más bien parece el sonido de una flauta nativa americana. El fin del álbum lo marca un solo tenebroso interpretado por el artista. Un adiós hecho música.

Son grandes los álbumes de Bill Leslie, pero en esta ocasión tan sólo podemos afirmar que Leslie es un gran intérprete del whistle. En catorce composiciones, con prácticamente el mismo estilo en todas y siempre con el whistle como protagonista, el oyente desea encontrar un cambio significativo, ya sea en el ritmo, los instrumentos o las melodías; en muy contadas ocasiones ocurre esto en este álbum. Scotland – Grace of the Wild es un álbum hecho para escuchar y relajarse, no para descubrir una música celta pura, donde existan reels o jigs, o se le dé protagonismo a un violín virtuoso. Es un álbum hermoso, de eso no cabe duda, pero nunca llegó el cambio que se esperaba.

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reviewsnewage.com
12/12/13

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