La cantautora irlandesa Enya (nombre Eithne Patricia Ní Bhraonain) es la cantante solista más vendida a nivel mundial. Una de nueve hijos, la carrera discográfica de Enya comenzó junto a tres de sus hermanos y dos tíos, en el grupo Clannad, grabando varios álbumes antes de comenzar su carrera en solitario en 1982. Pero no fue hasta en 1988 con el álbum Watermark cuando logró un éxito mundial, gracias en gran parte al single Orinoco Flow.
El single lleva el nombre de los estudios donde fue grabado, Orinoco Studios en Londres, pero también hace referencia al río venezolano del mismo nombre. La letra fue escrita por la poeta de Belfast, Roma Ryan (esposa del manager de Enya, Nicky Ryan).
Enya también hace referencia a varias islas en la canción: Avalon, Ebony, Fiji y la Isla de la Luna en Madagascar; ¿o quizás pensabas que estaba balbuceando tonterías en gaélico o en un idioma extraño?.
Pero en medio de toda la poética de la canción y escenarios geográficos, hay una profunda y extraña letra, como por ejemplo: «We can steer, we can near with Rob Dickins at the Wheel”. El Sr. Dickins era, en ese momento, el presidente del sello discográfico Warner Music.
El co-productor del álbum, Ross Cullum, también recibe una mención descarada en la siguiente línea: «We can sigh, say goodbye, Ross and his Dependency» (aunque más bien inteligente, Ross Dependency es también un área propiedad de Nueva Zelanda en la Antártida).
De todos modos, mira el vídeo, siempre es bueno recordar esta hermosa canción…